martes, 15 de abril de 2008

Encuentro



Sentada de madrugada a orillas del mar,

de cara al viento...vuelvo a soñar;

un silencio a vacío, un aroma a sal,

abre mis alas, me invita a volar.


Mi inquieta alma encuentra la paz,

en el suave arrullo del agua del mar;

y una leve brisa con gusto a libertad,

toma mi mano y me lleva a andar.


Solo dos huellas se marcan al caminar,

por la tibia arena de la playa en soledad,

y dejo llevarme sin mirar a tras,

elevando mi alma como gaviota en libertad.


Cuando de pronto una niña se acerca a preguntar,

¿dónde has dejado, nuestros sueños de amar?

¿cómo creíste que me podías olvidar?

y ¿quién ha logrado que me dejes de escuchar?


La pequeña enojada no dejaba de hablar,

mientras con sus ojos llenos de estrellas

me enseñaba a imaginar,

a mi corazón como vela que surca el mar.


“Deja que mañana el sol vuelva a asomar,

y que tus ojos brillen como las estelas de la mar;

y no permitas que tus lágrimas te hagan olvidar,

que aún estoy viva y que podemos soñar.”


Y tomando mi mano, nos echamos a andar,

por las doradas arenas de la playa en soledad;

marcando cuatro huellas suaves al caminar,

y dejando de tras nuestro, las penas en libertad.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta ternura...éste tampoco lo conocía y no me contradigas. Porfi.,Escribe TODOS tus poemas,si?, un beso,mamá orgullosa y babeada...!URGENTE UN BABERO!

Anónimo dijo...

Una dulzura Fer!!!
Abrazemos los sueños Fer,
nunca es tarde!

Besos

Federic