Sentada de madrugada a orillas del mar,
de cara al viento...vuelvo a soñar;
un silencio a vacío, un aroma a sal,
abre mis alas, me invita a volar.
Mi inquieta alma encuentra la paz,
en el suave arrullo del agua del mar;
y una leve brisa con gusto a libertad,
toma mi mano y me lleva a andar.
Solo dos huellas se marcan al caminar,
por la tibia arena de la playa en soledad,
y dejo llevarme sin mirar a tras,
elevando mi alma como gaviota en libertad.
Cuando de pronto una niña se acerca a preguntar,
¿dónde has dejado, nuestros sueños de amar?
¿cómo creíste que me podías olvidar?
y ¿quién ha logrado que me dejes de escuchar?
La pequeña enojada no dejaba de hablar,
mientras con sus ojos llenos de estrellas
me enseñaba a imaginar,
a mi corazón como vela que surca el mar.
“Deja que mañana el sol vuelva a asomar,
y que tus ojos brillen como las estelas de la mar;
y no permitas que tus lágrimas te hagan olvidar,
que aún estoy viva y que podemos soñar.”
Y tomando mi mano, nos echamos a andar,
por las doradas arenas de la playa en soledad;
marcando cuatro huellas suaves al caminar,
2 comentarios:
Cuanta ternura...éste tampoco lo conocía y no me contradigas. Porfi.,Escribe TODOS tus poemas,si?, un beso,mamá orgullosa y babeada...!URGENTE UN BABERO!
Una dulzura Fer!!!
Abrazemos los sueños Fer,
nunca es tarde!
Besos
Federic
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