Bajo esta noche de luna serena,
midiendo mis sueños sin pensar en riesgos;
sintiendo la brisa del otoño cerca,
pulsar cual bandolina mi alma inquieta;
llenando de luces mil espacios oscuros,
derribando rencores y a este tonto orgullo.
Sintiendo en silencio la luz clandestina,
de viejas ideas e ilusiones perdidas;
recordando calles, árboles y juegos,
rescatando rostros y amores eternos;
de aquella niña que aún sigue dentro,
golpeando a las puertas doradas del cielo.
Pensando en voz baja, con el alma en silencio,
y el corazón en la mano, con que estoy escribiendo;
plasmando sin sentido, palabras y versos,
tratando de detener, mil historias en el tiempo;
construyendo puentes entre lo invisible y lo eterno,
y cruzando los mares del averno interno.
Recorriendo los dantescos círculos de mi mente,
creando imágenes que quizás no me reflejen;
tratando de liberarme de este estado de sitio,
que jaquea mis sentidos cuando escribo;
querido corazón, deja ya estas palabras,
porque esta mano se revela, ante tu tiránica carga.