Desde siempre te he esperado,
y justo ahora te veo;
mi alma, mi corazón,
mi imagen especular en el cielo azul.
Pero ahora que te he descubierto,
comprendo que perdí tiempo;
soñando, quizás cavilando,
buscando imágenes que tenía a mi lado.
Pero ya ha pasado el tiempo,
ya buscaste tú, otro cielo;
y ahora mi alma sufre sola, en silencio,
por haber buscado estrellas, en lugar de mi lucero.
Y aunque otras estrellas estés buscando,
y aunque estés mirando otro cielo;
mi amor por ti no ha cambiado,
y aún más, está creciendo.
Porque te amo tanto amor,
que con verte sonreír me conformo;
a ser tu confidente he jugado,
y a ser solo tu compañera me he resignado.
Porque te amo tanto amor,
me he abandonado;
en mares de soledad y llanto,
maldito amor no te ocultes, ahora que te he encontrado.
Como el sol que yace de tras de la nube oculto,
apenas el alba empezaba a asomar;
tu amor, mi dulce foco,
me dejó de alumbrar.
Y sigo a tientas en tu cielo,
entre tinieblas, escondida espero;
porque te amo tanto amor,
que sin ti, ya nada siento.