No?...De lo que se ha perdido entonces.
Pues la Naturaleza premio a toda mi familia con una niña hermosa, de finos cabellos castaños, y unos ojos...que expresan más de lo que ella cree; y que es justamente eso, una mezcla entre una Princesa Guerrera y un Hada. Y aquí la presento.
Tu dulce presencia me recuerda,
las cálidas tardes, salidas de la escuela;
tardes de otoño y caminos dorados
bajo las arboledas.
Eres como una mujer en miniatura,
una mezcla sutil de princesa y salvaje;
siempre atenta, siempre sonante,
y siempre dando cariño a manos llenas.
Tu dulce imagen me recuerda,
la fresca brisa de la noche veraniega;
cuando la luna y las estrellas brillan
al reflejarse en las aguas marinas.
Eres como un manantial, una estrella nueva;
de pronto estallas y luego serenas;
siempre dispuesta, siempre rebelde,
y siempre con una sonrisa naciente.
Tu dulce carita me recuerda,
la cristalina luz de la mañana;
del despertar junto a los pájaros,
y al suave aroma del jazmín blanco.
Eres mi tesoro, mi princesa,
mi mujercita, mi salvaje;
eres mi manantial, mi estrella nueva,
la que me da luz en las tinieblas.
Eres mi volcán y mi espejo;
mi luz y mi lucero;
eres mi dulce niña y mi tormento,
la que me dio la voz para tus versos.
1 comentario:
Que bella forma de demostrar el amor que sientes por tus sobrinas, si bién lo merecen,también lo precisan.Está bellísimo el poema de Rocío,
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